No quiero usar ya el aire acondicionado.Esto es lo que hago para no pasar calor y pagar menos electricidad

El toldo me permite rebajar unos cinco grados la temperatura sin usar aire acondicionado reduciendo la factura a final de mes

Toldos
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Jose Antonio Carmona

Editor Senior

Con la llegada del verano —o más bien, del calor sofocante— empieza también la preocupación por mantener la casa fresca sin disparar el consumo eléctrico. Aunque tengo aire acondicionado, prefiero no encenderlo tan pronto para evitar que la factura se dispare. Por eso, recurro siempre a una solución sencilla y económica: el toldo.

Cuando las altas temperaturas se cuelan en casa, cualquier medida que ayude a reducir unos grados se agradece. Aunque pueda parecer un recurso básico, un toldo —igual que una persiana o una cortina— resulta sorprendentemente eficaz para mantener a raya el calor en el interior del hogar.

Con la llegada del calor, es habitual recurrir a ventiladores, aires acondicionados y otros sistemas para mantener una temperatura confortable en casa. Sin embargo, muchos de estos dispositivos suponen un incremento notable en el consumo eléctrico. Para reducir ese impacto, una buena opción es volver a los métodos tradicionales que siempre han funcionado. En mi caso, cada verano —e incluso en invierno— optamos por algo tan simple y efectivo como bajar el toldo, una solución que ayuda a mantener el interior más fresco sin gastar energía.

Así lo uso a diario

Toldos

Cuando compramos el piso, una de las primeras decisiones que tomamos tras la reforma fue instalar dos toldos en la zona más expuesta al sol. Desde la primavera, y especialmente a partir del mediodía hasta bien entrada la tarde, la fachada recibe luz solar directa, lo que hace que el calor penetre con facilidad en el interior. Y eso que contamos con cristales de baja emisividad.

Mientras las temperaturas son altas, pero no extremas, solemos recurrir únicamente al toldo, y en ocasiones a las persianas, como barrera contra el calor. Cuando el verano alcanza su punto más intenso, no queda más remedio que combinar el uso del toldo con el aire acondicionado.

Para mantener un ambiente más fresco y agradable en casa, ventilamos a primera hora de la mañana, aprovechando las temperaturas más suaves. Dejamos las ventanas abiertas mientras el calor aún no aprieta y la fachada permanece en sombra, sin recibir directamente los rayos del sol.

Toldo Imagen de PIRO4D en Pixabay

Pero en cuanto se acerca el momento más caluroso del día y el sol empieza a alcanzar el balcón, bajamos el toldo. Así conseguimos crear zonas de sombra en el interior, evitando que los rayos solares entren directamente y ayudando a reducir la temperatura ambiente.

Calor

De hecho, con esta medida hemos llegado a rebajar hasta 4 grados la temperatura en el interior, lo que en muchos casos nos permite evitar el uso del aire acondicionado. No es lo mismo estar a 26 ºC que disfrutar de un ambiente más fresco alrededor de los 22 ºC.

Calor

El toldo se convierte en un elemento fundamental para combatir el calor, especialmente en viviendas con orientación sur u oeste. Además de bloquear la entrada directa del sol por las ventanas, también evita que el calor incida sobre muros y paredes, lo que reduce notablemente la acumulación térmica en el interior.

Tipos de toldos

Toldo Capota Imagen | Hans en Pixabay

Una de las grandes ventajas de utilizar un toldo es que, además de ser una solución relativamente económica, ofrece una gran versatilidad. Existen numerosos modelos que se adaptan fácilmente a diferentes espacios, estilos arquitectónicos y necesidades específicas. Desde los clásicos toldos de brazos extensibles, ideales para balcones y terrazas, hasta los de tipo pérgola, perfectos para cubrir zonas amplias como patios o jardines.

También están los toldos tipo abanico, muy decorativos y prácticos para espacios con formas irregulares; las modernas velas tensadas, que aportan un toque estético contemporáneo y son muy fáciles de instalar; o incluso modelos tipo sombrilla, pensados para proteger áreas concretas del sol, como una mesa exterior o una zona de descanso.

Gracias a esta variedad de opciones, es posible encontrar una solución efectiva para proteger cualquier rincón del hogar del calor y la radiación solar, sin necesidad de recurrir a sistemas de climatización más costosos.

Otros elementos para combatir el calor

Pero no creas que el toldo o las persianas son las únicas opciones para combatir el calor sin recurrir al aire acondicionado. Los estores instalados en el interior de las ventanas o utilizados como solución de sombra en terrazas resultan especialmente útiles.

Del mismo modo, las cortinas no solo ayudan a mantener el calor en invierno, sino que en verano funcionan como una capa extra de aislamiento frente a las altas temperaturas. A esto se suman las persianas, un clásico muy eficaz para controlar el clima interior.

También es posible colocar láminas de vinilo en los cristales, que reflejan y dispersan la luz solar, evitando que el calor entre en la estancia. Además, sirven para mantener la privacidad dentro del hogar.

En mi caso, combinando el uso de toldos, persianas y estores —y siguiendo algunos consejos sobre cuándo subirlos o bajarlos— consigo reducir notablemente la temperatura en casa durante los días más calurosos.

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