Que Los Simpson es una serie récord es algo que a estas alturas nadie pone en duda. Su longevidad es bien conocida, pero lo que quizá no todos saben es que existe una casa real idéntica a la de los célebres personajes amarillos.
Y como suele pasar —y como ya se ha visto en algún episodio de la propia serie—, la vida real poco tiene que ver con la ficticia Springfield que aparece en pantalla. Lo que parecía una casa de dibujos animados terminó teniendo una historia digna de una película de terror.
La realidad supera a la ficción
Poco queda por decir sobre Los Simpson que no se haya contado ya. Es la serie animada más longeva de la televisión y, aunque ha dejado atrás sus mejores años, sigue teniendo una fiel legión de seguidores. Muchos de ellos seguramente ya conocen la existencia de una réplica exacta de la casa de la familia más famosa de la televisión.
Para contextualizar, esta vivienda fue ideada por la constructora Kaufman & Broad tomando como referencia los modelos 3D creados para el videojuego de 1997 Virtual Springfield. Pese a las limitaciones estructurales —no se podían incorporar muros de carga—, los arquitectos lograron reproducir con gran fidelidad el hogar de los Simpson tras darse un atracón viendo cientos de episodios de la serie.
Al margen de las variaciones que ha sufrido la casa en televisión a lo largo de las temporadas, los diseñadores crearon una réplica que incluía las estancias más emblemáticas: desde el salón con el televisor hasta el dormitorio de Bart. El resultado fue una vivienda de 200 m² repartidos en dos plantas, con cuatro habitaciones, y en el exterior un patio trasero coronado por la clásica casa en el árbol.

Una vivienda pintada de un amarillo chillón, con estancias en tonos naranja, verde fosforito y rosa, donde incluso las puertas y ventanas parecían sacadas directamente de una serie de animación.

Los últimos retoques corrieron a cargo de Rick Floyd, un diseñador de producción de Hollywood que incorporó infinidad de guiños pensados para los fans más acérrimos. Desde puertas más altas para el peinado de Marge, hasta ropa idéntica en los armarios de cada personaje, orificios en la base de las paredes para los ratones, latas de cerveza Duff en la nevera, el saxofón de Lisa o una pintada de “El Barto” realizada por el propio Matt Groening. Incluso se incluyó una chimenea decorativa en pleno desierto de Nevada, sin utilidad alguna.

La historia que vino. Con la casa, ya hecha una realidad, en 1997, Pepsi y Fox lanzaron un concurso al que se apuntaron 15 millones de personas enviando pruebas de compra. El premio era elegir entre una réplica de la casa o 75.000 dólares, aunque la vivienda estaba valorada en casi el doble. La única condición era respetar las normas estéticas del vecindario. La ganadora, una jubilada de 63 años de Kentucky, optó por el dinero al no querer mudarse. Desde entonces, la casa se convirtió en una atracción para fans y curiosos.
No solo atrajo a curiosos. La enorme popularidad de la casa hizo que dejara de ser una simple atracción para convertirse en un verdadero imán para todo tipo de visitantes. Esto obligó a mantener vigilancia constante, ya que el interior estaba lleno de objetos que resultaban muy tentadores para los ladrones. Con el tiempo, sin embargo, las medidas de seguridad se relajaron y la casa fue perdiendo parte de su encanto y atractivo original.
Cómo las casas reales. La casa fue adquirida por una vecina que había trabajado como secretaria en la empresa constructora. Tuvo que reformarla por completo (para que fuese una casa más o menos normal), ya que el interior, con sus colores estridentes inspirados en los dibujos animados, no era habitable. A día de hoy, la fachada continúa atrayendo a seguidores de la serie, aunque el proyecto refleja lo difícil que es conservar algo original sin que pierda su esencia.
La casa es un ejemplo más de todo el dinero que mueve la familia Simpson hoy día. Más de 2.000 millones de dólares en merchandising y solo en el primer año gracias a todo tipo de elementos que hacen que si se suman licencias y colaboraciones, hasta la fecha la marca Simpson tenga un valor de 13.000 millones de dólares.
Imagen portada | FOX
Vía | Xataka
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